La Hermandad del Buen Fin repuso al culto el pasado lunes a su crucificado tras la restauración que ha sido llevada a cabo en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico durante los pasados dos meses.
El objetivo del proyecto de intervención ha sido mantener el equilibrio entre lo simbólico y lo material ya que es lo que incide directamente en la conservación de este tipo de patrimonio religioso. Por esta razón, los tratamientos aplicados se han adaptado específicamente a las necesidades que demandaba la obra. Las actuaciones han sido la limpieza superficial, la fijación del conjunto policromo en las zonas de falta de adhesión y la revisión de los ensambles actuando en los que se ha considerado necesario. Por último se ha efectuado el estucado y reintegración de las pérdidas polícromas.
La hermandad de Buen Fin decidió en un cabildo general celebrado el pasado mes de octubre que llevaría al crucificado titular a restauración. Desde el 12 de abril, el crucificado ha permanecido en las dependencias del IAPH, donde se le ha sometido a dichos labores de conservación que han estado supervisados por Cinta Rubio.
En dicho cabildo fue expuesto el informe sobre el estado de conversación del señor realizado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico cuando el titular cristiferio fue desplazado hasta las dependencias de la institución en la Cartuja para una inspección sobre el citado estado de la talla. A pesar de que la pieza se encuentra en buen estado de conservación la corporación del Miércoles Santo decidió realizar una intervención para principalmente labores de limpieza.
El crucificado se trata de una talla de Sebastián Rodríguez, discípulo de Juan de Mesa, del año 1645. Su última restauración se llevó a cabo en 1979 a manos de Luis Ortega Bru.
Noticia Cofrade:
El IAPH restaurará al crucificado del Buen Fin
Así ha regresado el Señor del Buen Fin | Hdad. del Buen Fin |
El objetivo del proyecto de intervención ha sido mantener el equilibrio entre lo simbólico y lo material ya que es lo que incide directamente en la conservación de este tipo de patrimonio religioso. Por esta razón, los tratamientos aplicados se han adaptado específicamente a las necesidades que demandaba la obra. Las actuaciones han sido la limpieza superficial, la fijación del conjunto policromo en las zonas de falta de adhesión y la revisión de los ensambles actuando en los que se ha considerado necesario. Por último se ha efectuado el estucado y reintegración de las pérdidas polícromas.
La hermandad de Buen Fin decidió en un cabildo general celebrado el pasado mes de octubre que llevaría al crucificado titular a restauración. Desde el 12 de abril, el crucificado ha permanecido en las dependencias del IAPH, donde se le ha sometido a dichos labores de conservación que han estado supervisados por Cinta Rubio.
En dicho cabildo fue expuesto el informe sobre el estado de conversación del señor realizado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico cuando el titular cristiferio fue desplazado hasta las dependencias de la institución en la Cartuja para una inspección sobre el citado estado de la talla. A pesar de que la pieza se encuentra en buen estado de conservación la corporación del Miércoles Santo decidió realizar una intervención para principalmente labores de limpieza.
El crucificado se trata de una talla de Sebastián Rodríguez, discípulo de Juan de Mesa, del año 1645. Su última restauración se llevó a cabo en 1979 a manos de Luis Ortega Bru.
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