Y la luz volvió a los Barrios

Tras un Viernes de Dolores que dejó con el mal sabor de boca de sólo ver a la cofradía del Dulce Nombre de Bellavista en la calle, la jornada del Sábado de Pasión que amanecía con un cielo totalmente distinto al que dejábamos el día anterior. La Luz volvió, volvió para iluminar los Barrios que ponían en la calle a sus cortejos para hacer llegar a todos los rincones de la ciudad, la Fe de Sevilla.

Misterio de la Milagrosa | Juan Martín Rguez.

La primera en poner cruz de guía en la calle fue Padre Pío, puntual, a las tres y diez de la tarde. A sones de La Saeta, el Señor de la Clemencia partía un año más a la Parroquia de los Dolores del Cerro, lugar donde hacen estación de penitencia los de Palmete. Media hora más tarde, bajo su palio rojo salía la dolorosa de Álvarez Duarte que cumplía 25 años, ataviada excelentemente por Antonio Bejarano, como acostumbramos de este vestidor. A la salida del palio de la Virgen de Divina Gracia, empezó a soplar el viento, un augurio de lo que está por venir. José Vargas se estrenó de la mejor manera posible en el martillo de la cofradía, tras la destitución de los Hermanos Gallego.

La Virgen de la Divina Gracia se enfrentó a un fuerte viento | ABC

Aproximadamente una hora más tarde, Torreblanca comenzaba la salida procesional de su año más especial, en el que el Señor Cautivo ante Pilato había protagonizado el Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Sevilla el pasado 19 de febrero. Ha sido la primera hermandad de vísperas en hacerlo. Para este año, el Señor había sustituido la túnica morada con la que estamos acostumbrados a verle cada Sábado de Pasión por una blanca con mantolín marrón, el mismo atuendo con el que protagonizó el cartel del Vía Crucis. Mil nazarenos y representación del Ayuntamiento salieron a acompañar al Señor Cautivo y a la Virgen de los Dolores en su día grande. Virgen de los Reyes ponía sones al misterio, que un año más hizo volcarse a su barrio entero.

Un poco más al norte, en el mismo distrito, la Hermandad del Divino Perdón ponía a sus nazarenos a las 16:30 en las calles de Alcosa. El barrio, muy unido a la cofradía, acompañó durante todo el recorrido al Nazareno y a la Virgen de la Purísima Concepción. Sin duda lo que más destacó, la música. La Banda de la Resurrección, del mismo barrio de Alcosa, se estrenaba en Semana Santa abriendo el cortejo delante de la Cruz de Guía, mientras que la Estrella de Dos Hermanas y la Soledad de Cantillana realizaron un maravilloso trabajo tras los pasos del Nazareno y de la Virgen de La Concepción.

Más o menos sobre la misma hora, San José Obrero comenzaba su rumbo al Santuario de los Gitanos, donde este año se dirigían a hacer estación de penitencia. Sin duda, un acierto. La hermandad creó este Sábado de Pasión un momento histórico para la propia corporación, que llenó las calles de gente desde su entrada en el centro hasta su recogida de nuevo en la calle Samaniego. La llegada al Santuario fue el momento cumbre. La entrada del Señor de la Caridad estaba abarrotada y a la salida, toda la calle Verónica calló ante las primeras notas de La Saeta. Sin detenerse durante toda la marcha, el Señor continuó por Cristo de las Cinco Llagas a sones de Al Rey de Los Gitanos. A la llegada del palio de la Virgen de los Dolores, poco después, volvió a producirse tal silencio que de fondo aún se escuchaban los tambores de la Agrupación Musical de los Gitanos. Sonaba Mi Amargura. Con delicadeza y cuidado, a la vez que finalizaba la marcha, el palio entraba en los Gitanos y volvía a salir poco después con Madre de Los Gitanos Coronada, interpretada por la Banda de Nuestra Señora del Castillo de Lebrija. A la llegada a María Auxiliadora también encontraba bastante gente, que el paso del cortejo encontró el clímax en el calor de su barrio. A su paso a la ida por el Hospital Macarena, un candelabro guardabrisas sufrió un rotura, por lo que hubo que quitarlos. A pesar de la rapidez del equipo de priostía, el incidente acarreó bastante retraso en la cofradía, lo que no evitó que Sevilla fuera a ver San José Obrero por primera vez entrando en el centro.

El Señor de la Caridad momentos después de salir del Santuario de los Gitanos | Juan Martín Rguez.

La Milagrosa era la siguiente en salir, a eso de las 17:15 se ponía la cruz de guía en la calle. La Redención ponía sones una vez más al misterio más reclamado de las Vísperas. La corporación de Ciudad Jardín reunió en las calles de Nervión el mayor número de gente de todas las vísperas, sobre todo al paso del misterio del Puente del Cedrón, uno de los más originales de nuestra Semana Santa. Tras el paso de la Guardia Judía, tan característica de la cofradía, comenzaron los primeros tramos de palio. Cruz Roja ponía sones a la Virgen del Rosario que estrenaba bambalina trasera y pasado a terciopelo de la delantera. Excelentemente vestida con una mantilla a modo de toca, el palio tampoco defraudó durante todo su recorrido, en el que se escucharon en numerosas ocasiones comentarios sobre la preciosa vestimenta de la dolorosa de Buiza. La cofradía es digna de aplaudir tras la rápida actuación que tomó en Gran Plaza cuando una ambulancia tuvo que cruzar la cofradía para atender el infarto de una mujer en la Avenida de la Cruz del Campo, lo que permitió que ésta se salvara. Estamos seguros que estará eternamente agradecida al Señor de la Esperanza y a la Virgen del Rosario.

El misterio de la Milagrosa poco después de salir | Juan Martín Rguez.

La última en salir fue la Agrupación Parroquial del Rosario de San Jerónimo, que este año sacaba un paso más, el palio de la Virgen de la Salud. El palio, de color granate por la parte externa, al igual que el manto de la dolorosa, y azul en la parte interna, ha sido diseñado por el autor de la imagen, Mariano Sánchez del Pino. También estrenó la gloria del palio, una obra realizada por el pintor Adrián Riquelme. Por otra parte, el Señor del Amor en su Divina Misericordia estrenó una nueva parihuela más extensa y con la primera fase del canasto, pasando la antigua a ser la actual del palio. También se estrenó la figura secundaria del hijo de Simón de Cirene, Alejandro, colocada en la parte trasera del paso. El misterio representará el pasaje evangélico en el que Jesús no puede soportar más el peso de la cruz tras su tercera caída. Este cambió llamó mucho la atención, por lo que el barrio se llenó de gente para ver los dos pasos de la joven Agrupación Parroquial, que este año realizaba su tercera salida el Sábado de Pasión.




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