La Hermandad de las Penas ha recuperado la primera túnica que poseía el Señor del siglo XVII adaptándola además para que pueda procesionar con ella. Un trabajo que ha realizado el taller malagueño de Salvador Aguilar y Manuel Mendoza.
La túnica, que es la que porta la talla en el azulejo de la Parroquia de San Vicente, ha vuelto a su mayor esplendor gracias a los trabajos que se han llevado a cabo en el taller de los malagueños. Se trata de la túnica más antigua que posee el Señor de las penas, de estilo rococó, tiene una cenefa que alterna rocallas y flores zigzagueantes, adornadas por un entramado de flores y raspas con cristales antiguos, mingos, canutillos, lentejuelas y abalorios.
Se ha intentado buscar un color de terciopelo lo más similar posible al aparecido en el original, imprimiendo una estampa más sobria y elegante. Se ha añadido además un nuevo forraje de ruan negro. Esta pieza procede del convento del Carmen. Se puede datar a finales del siglo XVIII, y aunque no se encontraron restos de anteriores soportes, pudo ser pasada a nuevo tejido o enriquecida sobre el mismo a principios del siglo XX, por estar nuevamente perfilada sobre los antiguos perfiles y no ser de la misma calidad.
La pieza ha sido adaptada a las necesidades del paso, por lo que desde ahora podrá procesionar con ella, al haber sido bordada también por la parte trasera.
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| Así ha vuelto la túnica del s. XVII de Las Penas | Hdad. Las Penas |
La túnica, que es la que porta la talla en el azulejo de la Parroquia de San Vicente, ha vuelto a su mayor esplendor gracias a los trabajos que se han llevado a cabo en el taller de los malagueños. Se trata de la túnica más antigua que posee el Señor de las penas, de estilo rococó, tiene una cenefa que alterna rocallas y flores zigzagueantes, adornadas por un entramado de flores y raspas con cristales antiguos, mingos, canutillos, lentejuelas y abalorios.
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| El Señor de las penas portando la túnica en una antigua estampa |
Se ha intentado buscar un color de terciopelo lo más similar posible al aparecido en el original, imprimiendo una estampa más sobria y elegante. Se ha añadido además un nuevo forraje de ruan negro. Esta pieza procede del convento del Carmen. Se puede datar a finales del siglo XVIII, y aunque no se encontraron restos de anteriores soportes, pudo ser pasada a nuevo tejido o enriquecida sobre el mismo a principios del siglo XX, por estar nuevamente perfilada sobre los antiguos perfiles y no ser de la misma calidad.
La pieza ha sido adaptada a las necesidades del paso, por lo que desde ahora podrá procesionar con ella, al haber sido bordada también por la parte trasera.
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