La hermandad de La Lanzada se reunirá la próxima semana con el imaginero que llevará a cabo la restauración de su titular para concretar detalles antes de enviarlo a su taller en mayo.
La Lanzada someterá a su titular a la tercera intervención desde su hechura, esta vez a manos de Juan Manuel Miñarro. Antes de enviarlo al taller del imaginero, se deben concretar detalles por lo que la hermandad del Miércoles Santo se reunirá con él durante los próximos días para que el crucificado que tallara Illanes se encuentre en manos de Miñarro lo antes posible.
La intervención se debe al mal estado de conservación en el que se encuentra la policromía de la talla, por lo que las principales tareas serán de limpieza. Además del saneamiento de la policromía, se le tallará una nueva cruz y un nuevo cajillo, ya que la cruz actual, al presentar una estructura metálica en su interior ha producido pequeñas fisuras en las piernas del crucificado, que también deberán ser saneadas.
El crucificado ya ha sufrido otras dos intervenciones. La primera se produjo en 1957 a manos de Escamilla y la segunda en 1981, donde Rivero Carrera le retiró por completo la policromía original. Además el Cristo estuvo expuesto en la Exposición Iberoamericana de 1929 en el pabellón de Bellas Artes y Artes Decorativas.
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| Misterio de la Lanzada | Sevilla Daily Photo |
La Lanzada someterá a su titular a la tercera intervención desde su hechura, esta vez a manos de Juan Manuel Miñarro. Antes de enviarlo al taller del imaginero, se deben concretar detalles por lo que la hermandad del Miércoles Santo se reunirá con él durante los próximos días para que el crucificado que tallara Illanes se encuentre en manos de Miñarro lo antes posible.
La intervención se debe al mal estado de conservación en el que se encuentra la policromía de la talla, por lo que las principales tareas serán de limpieza. Además del saneamiento de la policromía, se le tallará una nueva cruz y un nuevo cajillo, ya que la cruz actual, al presentar una estructura metálica en su interior ha producido pequeñas fisuras en las piernas del crucificado, que también deberán ser saneadas.
El crucificado ya ha sufrido otras dos intervenciones. La primera se produjo en 1957 a manos de Escamilla y la segunda en 1981, donde Rivero Carrera le retiró por completo la policromía original. Además el Cristo estuvo expuesto en la Exposición Iberoamericana de 1929 en el pabellón de Bellas Artes y Artes Decorativas.
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